Fecha de publicación: 21/12/2022
La seguridad en la nube se ha convertido en un tema clave por la cantidad de datos que se manejan en estos entornos. Aquí te damos algunos consejos prácticos para garantizarla.
El concepto de seguridad en la nube va más allá del perjuicio que te genere en lo reputacional o económico; la legislación andorrana, desde la promulgación de la Ley 29/2021, también responsabiliza a las empresas. En consecuencia, hoy ya no es una opción, sino también una obligación legal. Y qué duda cabe que esto se tiene que aplicar, también, en los entornos Cloud. Como principio general, tienes que trabajar limitando el acceso, pero también utilizando solo los datos imprescindibles, sobre todo si son de terceros. La actual ley, que es una adaptación del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), incide, sobre todo, en la autorregulación. Y esto te obliga a tener una serie de protocolos de seguridad en la nube para evitar situaciones problemáticas. Aunque el riesgo cero no existe, sí hay maneras de minimizarlo. Te podemos dar algunos consejos prácticos para reducir los riesgos; toma nota:
Una de las precauciones básicas que has de tomar es restringir el acceso a la nube. ¿Esto qué significa? Que solo entren en esa red aquellas personas que estén debidamente autorizadas. Para ello, tienes que establecer unos protocolos de acceso y, preferentemente, con contraseñas individualizadas. No en vano, un acceso público es problemático. Es un hecho: cuantas más personas puedan acceder a la nube, más porcentaje de riesgo. Por esta razón, lo recomendable es que solo entren aquellas personas que tengan un buen motivo para hacerlo. De esta manera, también introducirás una trazabilidad, sobre todo si hay problemas posteriores.
La autenticación en dos pasos se ha convertido, en los últimos tiempos, en una forma de evitar intrusiones. Al tratarse de un doble filtro, es mucho más difícil que entren personas indeseadas. Lo que se suele hacer es incluir la contraseña y, posteriormente, una palabra clave o número aleatorio que se mandará al teléfono móvil de quien quiera entrar. Esto, evidentemente, sirve para verificar la identidad de quien accede. Es cierto que introducir estos factores es más costoso, pero la contrapartida es que es muy eficaz. Por ello gran parte de las grandes empresas y numerosas redes sociales (Facebook) lo están introduciendo para sus usuarios. Lo que se busca, en definitiva, es que sea prácticamente imposible la entrada fraudulenta.
La contraseña tiene que ser lo suficientemente compleja y potente como para ponerlo difícil a quien quiera entrar. Por un lado, ya hemos dicho que tendría que ser individual. Otro elemento decisivo es que contenga letras, números, mayúsculas y, si es posible, algún símbolo (#, € o ¿). Y, también, es bueno señalar que ha de tener un mínimo de 8 caracteres, y cuantos más, mejor. Finalmente, recuérdala y no la escribas ni compartas con nadie. La idea es clara: conseguir que quien quiera entrar lo tenga mucho más difícil. Y es un hecho que, con estas premisas, será mucho más fácil que consigas tu objetivo, si guardas determinadas precauciones. Por lo tanto, pensar bien cuál va a ser tu contraseña vale la pena.
Guardar copias de seguridad o que se haga un backup con frecuencia es otra de las medidas de seguridad que tendrías que incluir. No en vano, es posible que haya caídas del sistema que hagan que se pierda información; llegados a este punto, se hace importante que el servicio de hosting en la nube sea confiable. Ten presente que las velocidades de actualización varían en función del proveedor. En el pasado, las copias de seguridad se efectuaban en el disco duro físico. Es evidente que, en la nube, estas copias se generan automáticamente en ese entorno. Por lo general, se harán automáticamente, pero deberías conocer mejor la frecuencia y los riesgos.
¿A que es obvio? Pues no podemos dejar de recordarlo: el antivirus es fundamental para evitar cualquier ataque informático. Por muchos sistemas de seguridad en el acceso que haya, los archivos que compartamos, editemos, recibamos o enviemos pueden tener software malicioso. En consecuencia, hay que tener un antivirus de calidad que dé solución a esta problemática y que, sobre todo, pueda hacer frente a las nuevas amenazas. Es prioritario que consultes con tu proveedor en la nube la compatibilidad, para que el software dé lo mejor de sí. Se trata, sobre todo, de que no haya disfunciones que repercutan negativamente en el funcionamiento del entorno en la nube.
La seguridad en la nube es un aspecto irrenunciable, y saber cómo gestionar las conexiones es imprescindible. ¿Buscas una conexión a internet de calidad y que puedas personalizar para minimizar intrusiones? Andorra Telecom ofrece numerosas opciones para particulares y empresas. ¡Contáctanos y pide presupuesto!
